Sí. Con el Papanicolaou podemos identificar de manera indirecta, algunas Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) o la presencia de algunos microorganismos que producen infecciones vaginales o del cuello del útero, aunque no es su aplicación en la ginecología.
Su real aplicación es la detección temprana de anomalías celulares en el cuello del útero que pudieran producir un cáncer cérvico-uterino, por lo que no se debe confundir su uso.
Existen un sinnúmero de Infecciones de Transmisión Sexual que no se pueden detectar por medio del Papanicolaou, porque hay que realizar pruebas específicas de laboratorio para poder diagnosticarlas. Para realizarlo se toma la muestra de un área especifica del cuello del útero.
Al realizar la lectura microscópica se pueden identificar alteraciones celulares que sugieren la presencia de infecciones de transmisión sexual como la tricomona, que produce un flujo característico amarillo-verdoso, espumoso y con un fuerte olor; o las alteraciones primarias del Virus del Papiloma Humano, el cual puede ser el causante del cáncer cérvico-uterino, o la micosis de la vagina (hongos), que producen mucha picazón.
La observación de estas alteraciones obliga al especialista a realizar otras pruebas para su confirmación.
El Papanicolaou es una prueba de detección temprana del cáncer cérvico uterino. Por esto es importante realizarlo periódicamente.