El ser humano vive en sociedad, interactuando continuamente con sus semejantes y teniendo los propios actos consecuencias sobre los otros. En este contexto, se ha elaborado todo un código no sólo normativo, sino también moral en función de las creencias compartidas sobre lo que resulta o no aceptable o los valores que seguimos.
Aunque desde el momento en que nacemos estamos sumergidos en él, lo cierto es que la moral no surge espontáneamente sino que se va desarrollando poco a poco a lo largo de nuestra evolución y maduración y de ahí va a depender las relaciones que establecemos en comunidad.
Por eso es importante preguntarnos:
- ¿Cuál es la base de la competencia
- ¿Cuáles son las formas de competir entre nosotras?
- Entonces ¿No es ético competir?
- ¿Qué esconde nuestro deseo de resaltar u ocultarnos?
- ¿De dónde surge el afán de protagonismo?
- ¿Cómo se regulan estos comportamientos?